¿Celebración? del 1100 Aniversario del Reino de León
Andrés Mediavilla
El 2010 ha llegado a su fin y con él los fastos de celebración del 1100 aniversario del Reino de León. Fue ya hace 11 siglos cuando a la muerte del rey asturiano Alfonso III el Magno, su hijo Garcia I trasladó la capital del Reino a la ciudad de León, naciendo así el milenario Reino de León. Viejo Reino que fue pionero en la protección de derechos y libertades de sus ciudadanos (Cortes parlamentarias de León de 1188); cuyos reyes se proclamarían Emperadores de toda España; padre de Castilla y de Portugal; azote incansable de los invasores musulmanes por recuperar la unidad peninsular visigoda de las que los monarcas leoneses se sentían herederos. Glorioso pasado leonés cuyas hazañas resonarían durante siglos hasta los confines de Europa, sin embargo, cabría preguntarnos si los actos de conmemoración del origen del Reino de León han estado a la altura de tan magna efeméride.
El programa de actividades que hemos presenciado durante el pasado año 2010 ha incluido conciertos, conferencias, exposiciones y hasta una visita real en la que Don Juan Carlos consagró al Reino de León como el origen de la democracia, lástima que fuera empequeñecida al hacer coincidir la Junta de Castilla y León su visita con objeto del aniversario de nuestro Reino con la entrega de la medalla de Castilla y León. Todos estos actos se han desarrollado con mayor o menor brillantez, destacando el Congreso Científico que reunió en León a los mayores expertos mundiales en nuestra historia y la exposición "Raíces 910-1230" de la que mas de 50.000 personas han disfrutado en ese marco incomparable que representa el Palacio de los Condes de Luna. Por contra han faltado actividades populares que movilizasen a un gran número de gente o un legado material, pues este se ha reducido a una decena de macetas en la Plaza de San Marcelo y a un león de hierro en la rotonda de la Plaza de Toros, seguimos sin honrar a ninguno de nuestros reyes con una estatua a diferencia de otras ciudades españolas que cuentan con efigies de nuestros reyes en sus calles.
El objetivo del 1100 aniversario no se ha cumplido. La difusión de nuestra memorable historia no se ha logrado, no ya a nivel nacional donde la repercusión ha sido prácticamente nula, ni a nivel autonómico, sino del propio Reino de León, pasando para Zamora y Salamanca la celebración totalmente desapercibida. Este fracaso tiene un origen claro, la Junta de Castilla y León. Esta institución temerosa de que el 2010 pudiera suponer la reafirmación de la identidad leonesa como pueblo diferente al castellano, reapareciendo así la verdadera historia de los dos pueblos que integran la Comunidad y rompiendo entonces con la fantasía histórica que desde la Junta a través de la Fundacion Villalar se nos ha impuesto, ha conseguido minimizar al máximo la repercusión de la conmemoración, patrocinando un programa elaborado por una comisión en la que sobraban políticos y faltaban expertos.
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